Gran polémica, pedido de renuncia mediante, se generó a partir de las declaraciones de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, quien en un Zoom con el diputado nacional Fernando Iglesias dijo días atrás que los docentes “son de gran edad” y que la eligen “como tercera o cuarta opción, luego de haber fracasado en otras carreras”, al tiempo que destacó que “son de los sectores más bajos”.
Si bien se trata de una enumeración de estigmatizaciones, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta salió a apoyar a su ministra desde sus redes sociales, al manifestar que si bien “defiendo y defenderé la libertad de expresión y el intercambio de ideas”, aseveró que “la política democrática nada tiene que ver con ataques personales y falaces”.
Encarando las críticas a Acuña como parte de la política partidaria, Larreta envió “todo mi apoyo y el de nuestro equipo” para la ministra, “cuya única prioridad es dar más y mejor educación para todos los chicos y chicas de la Ciudad de Buenos Aires”, expuso.
La controversia desatada por aquellas expresiones fue tal que hasta el presidente Alberto Fernández se pronunció, aunque marcando claras diferencias. “No es nuestra opinión”, deslizó el jefe de Estado.
Luego fue la propia funcionaria de la Ciudad la que volvió sobre sus pasos, y dijo: “Creo profundamente en la tarea que hacemos juntos todos los días, porque la enorme mayoría de ustedes trabaja por una educación plural, que promueva el pensamiento crítico, el análisis y la discusión informada”.
Y redobló la apuesta: “También sabemos que algunos dirigentes abusan de su rol docente y eligen adoctrinar antes que enseñar a pensar. Por si hiciera falta aclararlo, voy a mantenerme firme: con los chicos, no”, insistió.