Quintana bajó el perfil, aceptó la oferta sin chistar, firmó un convenio con IOMA y se acerca al gobierno

El histórico dirigente de UPCN, seccional provincia de Buenos Aires, Carlos Quintana, ha sabido reinventarse para sobrevivir a las distintas gestiones que se han hecho cargo del gobierno. A pesar de que al comienzo del mandato de Axel Kicillof parecía que iba a haber una distancia, de a poco se fue acomodando y su retiro del mundo sindical no parece tan cercano como meses atrás. 

Entre fines de 2019 y principios de 2020, Quintana había levantado el perfil intentando acercarse a la administración del Frente de Todos, pero había recibido una negativa como respuesta. Todo parecía indicar que, además del cambio para que ATE sea el gremio mayoritario, Kicillof se iba a recostar en la entidad conducida por Oscar de Isasi para sellar los acuerdos. 

En sintonía, con la derrota de María Eugenia Vidal, el titular de UPCN quedaba lejos en la consideración para las negociaciones y había dejado de ser el garante de incrementos paritarios a la baja, como lo fue en los cuatros años de Cambiemos en el poder. Ante este escenario, se rumoreaba que, tras largos años en el sindicato, su reinado tenía fecha de vencimiento. 

Pero no es casualidad que Quintana haya sobrepasado sin despeinarse la última etapa de la gestión de Daniel Scioli y el mandato completo de Vidal. Su astucia para reinventarse y acomodarse, hicieron que desde 2012 hasta la fecha continúe al frente de uno de los gremios estatales más poderosos. Tras un 2020 en el que tuvo incipientes actitudes de ruptura, en este año bajó el perfil para seguir siendo protagonista.

Es así que, para tender puentes con el gobierno provincial, en primer lugar, arregló con la obra social IOMA un convenio para el proceso de vacunación, que establecía que el gremio ponía a disposición una serie de establecimientos adecuados para sumarse a la campaña de inoculación, mientras que la mutual de los estatales aportaba el personal y equipamiento necesario para realizar la inmunización.

Ese fue el primer acercamiento con el Ejecutivo provincial, que se estrechó todavía más luego de que, tras el ofrecimiento salarial en la paritaria con los empleados públicos, UPCN aceptara sin ningún tipo de objeciones. Es más, Quintana ni siquiera asomó su cabeza para dar una opinión certera luego de la propuesta inicial que fuera rechazada por ATE, obligando al Gobierno a un cuarto intermedio. 

Por último, el titular del gremio y la Provincia tuvieron un gesto recíproco al rubricar un nuevo convenio entre las partes. En este sentido, el titular de IOMA, Homero Giles, se reunió con Quintana y sellaron un acuerdo para la apertura de policonsultorios para la atención primaria de afiliados de la obra social y de la organización gremial de todo el territorio bonaerense.

Al respecto, el sindicalista remarcó que será un paso para “un sistema que permite al trabajador el tener accesibilidad a un sistema médico en el cual no hay ningún cobro de diferenciado, una de las cosas que nos ocurren cotidianamente. Estamos trabajando en conjunto con IOMA para que estas aperturas no sean solamente en La Plata, sino que podamos ir ampliándolas en la provincia”.

De esta forma, a pesar de haber tenido un perfil extremadamente oficialista durante la gestión de Vidal, hasta el punto de hacerle perder un gran porcentaje del poder adquisitivo a los afiliados que representa, Quintana parece volver a hacer equilibrio y el fin de su reinado se estiraría un tiempo más, a pesar de las nuevas generaciones que vienen pidiendo pista adentro del gremio. 

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