Luego de la suspensión por la situación sanitaria y tras largos años de espera, el radicalismo bonaerense volvió a tener sus internas el domingo pasado, con un triunfador y un perdedor al que todavía le cuesta asumir su derrota. A pesar de la mínima diferencia (52% a 48%), el diputado Maximiliano Abad se impuso ante la figura del intendente Gustavo Posse.
Sin embargo, el jefe comunal de San Isidro no quedó muy conforme con los resultados y, a través de sus apoderados, presentó una denuncia contra los miembros de la Junta Electoral del partido ante lo que consideran un “ocultamiento deliberado de información” a los integrantes de la lista opositora respecto de los números provisorios en los comicios.
En este mismo sentido, Posse sostuvo que hubo una parcialidad en favor de la lista 23, que estaba representada por Abad. Debido a esta polémica situación en la Unión Cívica Radical, el alcalde derrotado le solicita a la Justicia la intervención de ese órgano partidario y apuntan a un comunicado con “datos falsos” del Comité Provincia.
Pero, más allá de los reproches del sanisidrense, los resultados finales no se modificarían y el legislador de la Quinta Sección Electoral ya se proclamó como el ganador. De esta forma, la ecuación para la UCR no cambiaría demasiado y el partido continuará formando parte de Juntos por el Cambio, seguramente con el poco protagonismo que venía teniendo hasta ahora, estando a merced de las voluntades del PRO.
La jugada de Kicillof
Del otro lado del mostrador, con la prácticamente confirmación del desembarco de Máximo Kirchner al frente del Partido Justicialista bonaerense, el gobernador Axel Kicillof ya comenzó a diagramar la estrategia de cara a las elecciones venideras. Para ello, se apoyará en la Legislatura mediante la aprobación de una serie de proyectos que apuntan a beneficiar a la clase media.
Si bien necesitará de los votos de la oposición (sobre todo en el Senado), la intención del mandatario provincial son el tratamiento de tres medidas: una relacionada a la simplificación del monotributo, otra sobre un plan de pagos y beneficios impositivos para los contribuyentes que vieron afectadas sus economías con la pandemia y, por último, una iniciativa destinada a los agentes de recaudación.
Los tres proyectos ya fueron ingresados en la Cámara de Diputados y, a partir de ahora, su tratamiento dependerá de la muñeca y las negociaciones a las que pueda acceder el presidente del cuerpo, Federico Otermín. De todos modos, la idea de Kicillof es que la aprobación total de los proyectos se haga realidad antes de junio, para comenzar la campaña de cara a las PASO (si es que no se suspenden), con una buena noticia para la clase media.
De esta forma, el Frente de Todos planta su bandera de cara a unos comicios que sin dudas serán fundamentales para el futuro. Un triunfo similar al de 2019, le permitiría al oficialismo obtener la mayoría en ambas cámaras, se aseguraría mejor gobernabilidad y, primordialmente, eludiría el compromiso de sentarse a negociar con la oposición, con la posibilidad de perder más de lo que pueda ganar.
En la actualidad, en el Senado bonaerense Juntos por el Cambio ostenta 26 bancas, de las cuales pondrá en juego 16. Mientras tanto que, el oficialismo cuenta con 20, de las que arriesgará tan solo 7. Por tal motivo, desde el Gobierno apuestan a hacer una buena campaña parecida a la de las elecciones pasadas, para lograr un triunfo que le permita pisar fuerte en la Legislatura.
(*) Resumen semanal de DixitP.