Johana Panebianco, diputada de Juntos por el Cambio, sostuvo que “la pobreza menstrual es un tema de salud que genera desigualdad y afecta a las más vulnerables”, y explicó: “Hay avances en todo el mundo, los más significativos son los casos de Escocia que ofrece productos de gestión menstrual gratuitos, el Reino Unido que eliminó el impuesto de estos productos, Nueva Zelanda y Sri Lanka que los ofrece gratuitos en escuelas”.
Asimismo, indicó que “ocuparse de la pobreza menstrual no es un privilegio de países con ‘menos problemas’. Ocuparse es entender que es un factor de desigualdad que solo afecta a las personas menstruantes”, e instó: “Hay que hacer un cambio de perspectiva”,
Panebianco informó que “la mitad de la población menstrúa y en promedio lo hace por más de 40 años de vida. Ya en etapa escolar las alumnas pierden hasta un 20% más de clase por no poder adquirir productos de higiene menstrual por limitaciones socio-económicas”, y precisó que “cinco millones de personas menstrúan en la Provincia de Buenos Aires por un promedio de 40 años”.
“La Ley de Salud Menstrual permitiría que menstruar no limite las oportunidades ni impida el desarrollo de nadie”, dijo la legisladora opositora y añadió que las personas menstruantes tienen 3 opciones: “Asumir el costo de los productos sanitarios para gestionar la menstruación. Usar lo que tienen a mano (trapos, por ejemplo). Quedarse en sus casas porque no tienen con qué gestionar la menstruación”.
Finalmente, Panebianco describió que “la realidad en la provincia, es que muchas personas solo pueden elegir entre usar lo que hay a mano o no salir. Y es por ellas por quienes necesitamos tener políticas de salud menstrual”.
“Para las alumnas no tener los productos representa motivo de ausentismo y hasta deserción escolar (hasta un 20% más que los varones a partir de la menarca). Y usar materiales inadecuados aumenta las chances de padecer infecciones en un 70%. Y no termina ahí, ya que más adelante en la vida sigue impactando negativamente en la salud, en lo económico, en lo laboral, y en definitiva, en la autonomía de las personas menstruantes”, cerró.