Urgido por una inflación que no afloja, el próximo 15 de mayo el Gobierno lanzará la canasta de precios esenciales con un centenar de productos que incluyen harina, arroz, polenta, aceite, yerba, lácteos, café, algunos productos de limpieza y de higiene y tocador por citar algunos, cuyos precios permanecerán congelados hasta las elecciones. Es decir, noviembre. Y se ofrecerán en supermercados, almacenes, autoservicios y mayoristas de todo el país con el mismo valor.
Esos productos no tendrán una etiqueta que marque su valor dado que las empresas observaron que es muy difícil la implementación y que llevaría tiempo, al menos unos 60 días. El 15 de mayo vence precisamente el actual régimen de precios máximos y la idea es darle continuidad con una canasta más chica pero más abarcativa. “Hagan el esfuerzo”, les dice la secretaria Paula Español deseosa de que esos precios permanezcan quietos hasta las elecciones.
Las empresas que participan en la canasta de esenciales son Unilever, Arcor, Molinos, Mastellone, Las Marias, Bimbo, Mondelez, Danone, Alicorp, AGD, Bunge, P&G, Molino Cañuelas y La Virginia entre otras.
Eliminan precios máximos
Como moneda de cambio se eliminan los precios máximos y permanece el sistema de precios cuidados con más de 600 productos que se actualizan trimestralmente.
Este nuevo esquema germina en reuniones en las que los representantes de las principales empresas de consumo masivo deambulan entre las posturas “razonables” que escuchan en el despacho del ministro Matías Kulfas al de las posiciones “eléctricas” de la secretaria de Comercio.