En Tandil, los gastronómicos decidieron abrir las puertas del interior de sus locales para recibir a los clientes. Pese al decreto nacional que rige al menos hasta el viernes y que prohíbe a bares y restaurantes atender adentro, los comerciantes lo desobedecieron.
Con el argumento de que deben trabajar para no cerrar definitivamente y con la seguridad de que con protocolos estrictos se puede llevar adelante la actividad, permitieron la ocupación del 30% de los lugares.
Además, los trabajadores de la gastronomía aclararon también que no respetarán las restricciones horarias y expresaron que trabajarán hasta las 23 horas.
En declaraciones a El Eco, desde la municipalidad sostuvieron: “Se hicieron los controles habituales y en aquellos casos en los que se encontró alguna irregularidad se dejó una notificación, eso sigue su curso y puede derivar después en una infracción después”.