Contacto mata CV: Kicillof acomodó al inexperto de “El Pampa” Álvaro al frente del Puerto Quequén

Este es otro ejemplo del festín que significa para los dirigentes la repartición de cargos del Estado cada vez que hay un cambio de gestión. En ese dividendo de cargos apareció Jorge “Pampa” Álvaro, quien sin ningún tipo de experiencia portuaria terminó asumiendo en el Puerto Quequén reemplazando al actual intendente de Necochea, Arturo Rojas.

¿Pero quién es Jorge Álvaro? Básicamente un amigo del oficialismo con fuerte impronta peronista. Esa sería su “ficha limpia”, el resto anomalías que dejan mucho que desear.

Con el apoyo del gobernador Axel Kicillof finalmente el “Pampa” terminó como presidente de esa entidad, aunque con varias irregularidades que no quedaron del todo claras. Una de ellas es que, a pesar de haber nacido en la ciudad bonaerense de Azul, su mayor parte de carrera política la realizó en Mendoza, donde fue diputado nacional por el Frente Para la Victoria entre 2007 y 2011.

Álvaro es un militante histórico del peronismo y mantuvo una estrecha amistad con el expresidente de la Nación, Néstor Kirchner. Su estrecho vínculo con el dirigente de Tres Arroyos Carlos Julio “Cuto” Moreno (quien cumplió el rol de armador en la campaña de Kicillof en 2019) tal vez sea la explicación para su desembarco en un área en la que no tiene antecedentes.

Tras su paso por Mendoza, los destinos lo llevaron hasta Necochea, cuando en noviembre de 2020 lo nombraron como presidente del Puerto Quequén aunque su designación oficial a través de un decreto fue recién el 17 marzo de este año cuando se publicó en el Boletín Oficial.

Lo curioso del caso de Álvaro es que en los registros aparece cobrando una cuantiosa cifra del Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires, donde percibe en concepto de jubilación nada más y nada menos que $317.000, una suma por demás envidiable.

Pero, además, otro dato llamativo de su figura es que, también cobra una jubilación de $36.166 en el Banco Nación con sede en el barrio Trapiche, ubicado en el departamento mendocino de Guaymallén. Es decir que, entre las dos pensiones jubilatorias que percibe, suma más de 350.000 pesos, cuando la mayoría de los ancianos apenas cobra la mínima.

Más allá de sus abultados ingresos, siempre tuvo problemas con el fisco y es por eso que está dado de baja de oficio por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por no presentar las declaraciones juradas correspondientes, mecanismo que se repitió dos años seguidos entre el 2011 y el 2012.

Pero Álvaro no solamente tiene complicaciones financieras, sino también con la justicia ya que registra tres juicios en letra iniciados hace varios años y, al mismo tiempo, cuenta con otros tres procesos iniciados por el Juzgado Federal de Mendoza N° 2 por evasión impositiva, los expedientes en los cuales uno comenzó en 2004, otro en 2006 y el último en 2007.

Más allá de sus años en el ámbito público, también tuvo una incursión por el ámbito privado siendo presidente de una empresa llamada Coral Montajes Eléctricos SA, que en el último balance declararon ganancias por $3.570.000. Al igual que el dirigente, esta firma tiene 14 juicios en el Juzgado Federal de Mendoza, por evasión impositiva.

Como si todo esto fuera poco, esos artilugios para no abonar lo que le corresponde, le permitieron comprarse un total de seis propiedades que están registradas a su nombre, todas ellas en Mendoza y con distintos tamaños.

Además, Álvaro es un amante de los autos y tiene una enorme flota. Son 7 en total los vehículos que registra, el último de ellos que adquirió es una camioneta Fiat Strada. Sin embargo, lo que más llama la atención es que tiene autos antiguos, algunos de ellos de colección como el Auto Unión o la Chevrolet 1963. Su patrimonio, tan solo en coches, supera ampliamente los $7 millones.

Con todo este prontuario, lo único que queda claro es que Jorge “Pampa” Álvaro tiene en afinidad para con la actividad portuaria es el chaleco de las fotos…

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