El torbellino de la derrota en las PASO parece haber finalizado y de a poco se empezaron a calmar las aguas en el Frente de Todos, a pesar del malestar reinante. Los más optimistas creen que se puede revertir la elección con algunas medidas que inyecten dinero en el bolsillo de la gente y los más pesimistas sostienen que ya está perdida, pero se puede acortar la diferencia.
En rigor, los números que cosechó la oposición no son tan diferentes de los que había conseguido en 2019. El 12 de septiembre último, entre la sumatoria de Diego Santilli y Facundo Manes, Juntos alcanzó el 37,33% según determinó el conteo definitivo. Mientras que, en los comicios pasados, María Eugenia Vidal obtuvo 38.28%, es decir casi un punto menos.
La preocupación del oficialismo pasa más que del aplastante 52,40% que logró Axel Kicillof cayó estrepitosamente al magro 33,25% que conquistó Victoria Tolosa Paz, con una merma de casi 20 puntos. Más allá de que la ex titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales no es del agrado de muchos, la explicación de esa caída todavía es una incógnita.
Apenas pasaron dos años de las generales en las que el Frente de Todos se impuso de manera categórica y, con la pandemia en el medio, hubo una enorme fuga de votos hacia otras fuerzas, por un lado, girando a la derecha y por el otro hacia la izquierda, donde el FIT prácticamente dobló la cantidad que había sacado anteriormente.
Este viernes comenzó oficialmente la campaña de cara a noviembre y, en menos de un mes, el oficialismo tendrá la tarea titánica de ir a buscar a aquellas personas que decidieron acompañarlo en 2019, pero que este año decidieron darle la espalda. Para ello, la apuesta es más territorialidad y darles más protagonismos a los intendentes para tener una llegada más estrecha para con los vecinos.
De todos modos, el golpe sufrido en las PASO obligó al gobernador a girar el timón bruscamente para seducir a los desencantados, pero, hasta el momento, hubo apenas unos pocos cambios tímidos que no se traducen en caudal de electores. En gran parte, todo dependerá de lo que pueda interceder y auxiliar el gobierno nacional, que también modificó la estrategia y Alberto Fernández bajó a los distritos para tener un contacto más cercano con el pueblo.
En ese marco, para evitar cualquier tipo de dispersión, Kicillof mantuvo un encuentro con el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, uno de los pocos alcaldes peronistas que salió airoso y que había deslizado la posibilidad de abandonar el Frente de Todos. El encuentro sirvió para alivianar tensiones y contener al dirigente que estuvo a punto de pegar el portazo.
A su vez, el gobernador encabezó la primera reunión del nuevo gabinete tras la incorporación de Martín Insaurralde en la jefatura, Leonardo Nardini al frente del Ministerio de Infraestructura y Cristina Álvarez Rodríguez en la cartera de Gobierno, sumado a la creación del Observatorio Político Electoral (OPE) que tendrá el objetivo de generar y difundir información. Para ese cargo colocará a la desempleada Teresa García.
En el otro lado del mostrador, la campaña comenzó paulatinamente con la unidad garantizada entre Manes y Santilli, con un perfil bajo que tiene como objetivo fortalecer la coalición que pasó tiempos de zozobra en la antesala a las PASO. Para ello, realizaron la primera reunión para coordinar los pasos a seguir y se espera que en el inicio de la próxima semana ambos compartan el primer evento.
De acuerdo a lo que deslizaron desde el entorno de Juntos, la idea primordial es encabezar distintas actividades conjuntas en alrededor de 25 municipios en los próximos 40 días, mientras que también se acordó la realización de recorridas por separado, en las que el ex vicejefe de Gobierno porteño hará base en el conurbano, mientras que el neurocientífico hará lo propio en el interior de la provincia.
Más allá de la relajación post Primarias, desde el seno mismo del armado saben que no pueden aflojar ni un minuto por lo que comenzaron un movimiento para convocar fiscales. De la misma forma, se intentará conservar y apuntalar lo cosechado el 12 de septiembre pasado, a la vez que la apuesta es ir también por los votos de los libertarios, que en provincia son representados por José Luis Espert, quien quedó en el cuarto lugar.
En este sentido, los equipos de la alianza opositora ya analizaron las encuestas que vaticinan que el 85% mantendría su voto, pero reconocen que la ventaja de apenas 4 puntos sacada en las PASO al Frente de Todos no es suficiente como para dar por ganada la elección, por lo que otra de las proyecciones es conquistar a los 800.000 bonaerenses que eligieron otras fuerzas que no lograron saltar el umbral del 1,5%.
(*) Resumen semanal de DixitP.