Los picos de casos que Argentina viene registrando a raíz de la expansión de la variante Ómicron del covid-19 en el país, con un máximo de casi 140.000 positivos, tensionan el sistema de testeo en todo el país debido a la alta transmisibilidad de la nueva cepa.
No obstante, pese a la alta tasa de contagios registrada, los casos graves que precisan atención médica en terapia intensiva prácticamente no aumentan y se mantienen en niveles bajos: esto se debe tanto al efecto más leve que Ómicron parece tener sobre los individuos como al resultado de las vacunas, las cuales protegen especialmente ante complicaciones serias derivadas del contagio por covid-19.
En esta línea, desde el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) destacaron este aspecto y cómo se refleja en la jurisdicción: así lo indicaron tanto el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, como su ministro de Salud, Fernán Quirós, y su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, en la conferencia de prensa realizada este martes en el centro de testeo de Chacarita.
Tal como apuntó Miguel, ″la ocupación de camas de terapia intensiva está relativamente baja, cerca del 11%″, un número que desde la Ciudad señalan como efecto de la alta tasa de vacunación en el distrito: particularmente, un 92% de los porteños se aplicaron al menos una dosis mientras que un 86% se dio ambas y un 25% el refuerzo de la tercera, actual foco de la campaña de inoculación tanto en CABA como a nivel nacional.
Por su parte, Larreta advirtió respecto al fuerte crecimiento de casos observado en la Ciudad, el cual tiene su correlato no solo en todo el país sino también en todas las naciones en las que Ómicron ya circula a nivel comunitario: ″Los casos siguen creciendo, hace una semana teníamos un promedio diario de 7500 casos, hoy estamos en 12.300″, ilustró.