En medio del fervor por el ajuste libertario y la búsqueda del déficit cero, Manuel Adorni emerge como un férreo defensor de estas medidas desde su posición como vocero presidencial. Sin embargo, las luces sobre su familia revelan una trama de contradicciones y nepotismo.
Aunque la privatización de las empresas estatales está en debate en el Congreso, su hermano, Francisco Adorni, consiguió un lucrativo contrato como asesor en el Ministerio de Defensa, seguido de un rápido ascenso con un salario de cinco millones de pesos, según lo publicado por LPO.
Mientras el país enfrenta lo que se ha autoproclamado como “el ajuste más grande de la humanidad”, Manuel Adorni continúa acumulando cargos en la Subsecretaría de Vocería. Recientemente, se han registrado 19 nombramientos en su oficina, a pesar de la reducción en la difusión de actividades oficiales por parte del gobierno.
Las revelaciones no terminan aquí. Según un reporte de Clarín, la familia de Adorni tiene una larga historia en la política provincial. Su tía, Susana Pais, es empleada permanente en la Cámara de Diputados bonaerense, trabajando para legisladores del Frente para la Victoria y del Frente Renovador. Por otro lado, su madre, Silvia Pais, se jubiló en 2020 después de años de servicio en la misma Legislatura.
Estas conexiones familiares, sumadas a los privilegios y ascensos dentro del gobierno, ponen en entredicho la integridad de las políticas y la coherencia del discurso oficial.