La cadena mayorista Makro, con 35 años de presencia en Argentina, ha decidido retirarse del país debido a la situación económica. Controlada por el grupo neerlandés SHV Holding, Makro ya ha dado mandato al Banco Santander para gestionar la venta de sus 24 sucursales distribuidas en 10 provincias, y ha comenzado a negociar con posibles compradores, incluyendo algunos de sus competidores directos.
La decisión de Makro llega en un momento crítico para el mercado mayorista argentino, marcado por una fuerte caída del consumo. Según datos de la consultora Scentia, solo en agosto el consumo descendió un 18,8%. Además, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestran una reducción del 14,5% en las ventas a precios constantes en el sector mayorista para junio de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior.
A pesar de que desde la oficina de Makro en Buenos Aires aseguran que “la cadena no está en venta”, la realidad es que la recesión y la caída sostenida del consumo han llevado a la empresa a iniciar opciones para desinvertir.
Estadísticas Económicas y Ajustes del Mercado
El contexto económico adverso en Argentina ha impactado significativamente en el sector mayorista. Durante el primer semestre de 2024, las ventas en autoservicios mayoristas cayeron un 12,6% en comparación con el mismo periodo de 2023. Aunque las ventas totales a precios corrientes para junio de 2024 sumaron 262.472,7 millones de pesos, representando un aumento del 241,7% respecto al año anterior, esta cifra está influenciada por la alta inflación y el aumento de precios de varios productos, como la panadería, electrónicos, y carnes, que experimentaron incrementos de hasta el 314,9%.
Historia y Presencia de Makro en Argentina
Makro llegó a Argentina en 1988 con la apertura de su primer supermercado en Olivos, Buenos Aires, y se expandió rápidamente. En 2009, adquirió la firma Roberto Basualdo S.A., una empresa mayorista de productos de perfumería y limpieza con sede en San Juan. Sin embargo, los cambios en el mercado y las condiciones económicas han llevado a la cadena a reconsiderar su estrategia en la región.
Anteriormente había desinvertido en otros países de la región como Perú, Venezuela y Brasil, cotizó su operación en Argentina en aproximadamente 200 millones de dólares. Este movimiento se enmarca en un proceso más amplio de reducción de su presencia en América Latina, donde actualmente solo mantiene operaciones en Argentina y Colombia.