Sin dudas, desde el primer momento en el que Axel Kicillof puso un pie en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires nunca se imaginó que su primer año de gestión iba a estar signado por tantas complicaciones. Lógicamente, se esperaba algunas dificultades económicas que procedían de lo que él mismo se encargó de denominar “tierra arrasada” durante la campaña.
Lo que nadie creyó que aparecería en el camino, era una pandemia global que afectaría a millones de personas en el mundo y, por supuesto, también a los bonaerenses. La expansión del coronavirus obligó al mandatario a desviar algunas prioridades en la agenda y a tener que hacer hincapié en reforzar un sistema de salud devastado durante largos años.
Al Covid-19 se le sumó la baja en la recaudación producto de la imposición de la cuarentena, lo que golpeó aún más las arcas de un Estado que ya venía con un déficit importante. Como si eso fuera poco, al comienzo de su mandato, la oposición logró imponer su mayoría en el Senado y el oficialismo tuvo que ceder varios millones de pesos de los que implicaban el proyecto original de la Ley Impositiva.
Más allá de ese primer escollo, la Legislatura no le fue esquiva y el Ejecutivo pudo aprobar varias leyes, de las cuales la gran mayoría estaban relacionadas de alguna forma a la lucha contra la pandemia. La única iniciativa que tuvo que resignar fue la del aporte solidario mediante el incremento del impuesto a los Ingresos Brutos a los grandes bancos y al sector agrícola, entre otros.
Con respecto a lo que viene, Kicillof tiene la mente puesta en lo que será el tratamiento del Presupuesto para el próximo año y la intención del gobernador es que el debate y su aprobación, culminen antes de que el 2020 cierre la persiana. Para ello, todavía restan arduas negociaciones con los bloques opositores en cuanto algunos puntos que todavía no se han podido destrabar.
La intención del Frente de Todos es comenzar a tratarlo la semana próxima, pero la demora en algunas pautas claves, hacen que todavía no tenga fecha fija de sesión. En este caso, se debatirán en conjunto el Presupuesto 2021 y la Ley Impositiva, desde luego dos proyectos que son fundamentales para la reactivación económica que planifican desde el Ejecutivo provincial.
Haciendo una especie de balance con relación a las dificultades que debió enfrentar, Kicillof remarcó que “fue un año que parecieron cien. La pandemia no solo nos cambió los planes. De momento, hasta que la vacuna esté, seguimos conviviendo con la pandemia” y, al mismo tiempo, señaló que debieron hacerse cargo del “desastre que dejaron Mauricio Macri y María Eugenia Vidal”.
En este mismo sentido, al referirse a su gestión, consideró que “nadie puede negar que la provincia de Buenos Aires fue desfavorecida y necesita recursos”, y añadió que “en campaña no hice una sola promesa, pero no porque no quería asumir compromisos, sino porque la situación en que nos dejaban el país y la provincia nos ponía en un lugar muy desfavorable”.
Sobre los recursos económicos con los que cuenta, el mandatario fue tajante y manifestó que “la provincia aporta 40% de la población y del producto de la Argentina, el 50]% de la industria, el 60% de la pobreza del país, con graves problemas sociales, falencias estructurales de todo tipo, pero recibe el 20
% de los recursos coparticipables”.
Por lo pronto, para ir finalizando el año y aun sin la confirmación del Presupuesto, el gobernador pudo ponerle punto final a un conflicto de larga data con los médicos bonaerenses y acordó el cierre de la paritaria. De esta forma, los trabajadores de la salud que han estado en la primera línea de batalla contra el coronavirus, recibirán una suma fija y 12 días más de licencia por vacaciones.
Luego de arduas negociaciones, jornadas de protesta y paros, el Gobierno bonaerense y los gremios llegaron a buen puerto y, por lo tanto, recibirán una bonificación remunerativa no bonificable de $6.313, monto se pagará a partir del 1 de enero de 2021 a los trabajadores de salud e incluirá a los que cumplen funciones en la sede central, en los Centros de Atención a las Adicciones y las 12 regiones sanitarias.
Con los contagios de Covid-19 en descenso, el comienzo de la temporada estival sin demasiadas complicaciones y una lenta reactivación económica, Kicillof quiere cerrar un dificultoso año 2020 con una sonrisa que no le produzca demasiados sin sabores. Para ello, dependerá de lo que sus legisladores puedan hacer para darle como regalo de Navidad la aprobación del Presupuesto y la Ley Impositiva.
(*) Informe semanal de DixitP.