A casi cuatro meses de la revuelta policial que tuvo en vilo a la provincia de Buenos Aires con varios focos de rebelión durante el mes de septiembre, el malestar persiste en la fuerza y se profundizó en los últimos meses.
Además del descontento con el Gobierno de Axel Kicillof, es cada vez más fuerte la interna con el rango jerárquico, y desde las bases incluso aseguran que “se ha roto la cadena de mando”, ante un panorama de tanto desconcierto general.
Una de las problemáticas que se ha sumado al enojo policial de la última etapa de este 2020 es el lanzamiento del denominado “Operativo Sol” y el dinero destinado para financiar la estadía en la Costa de los 11.800 efectivos de la Provincia que serán desplegados este verano.
Esos viáticos mantienen la misma tarifa que la temporada anterior, lo que aumentó el enojo de los policías, muchos de los cuales se ven obligados a cumplir el servicio sin las condiciones básicas para poder sobrevivir.
“Es el sálvese quien pueda, sobre todo que los jefes y el ministro quedaron súper devaluados después de septiembre, nadie le da importancia a nada”, señaló el presidente de la Defensoría Policial de la provincia de Buenos Aires, Luis Tonil, en declaraciones a Política del Sur. Asimismo, explicó que el pago que recibirán los uniformados constan en 1500 pesos diarios “que no alcanzan ni siquiera para pagar el alquiler”.
Para palear costos, los efectivos se juntan para alquilar casas entre varios, lo más lejos posible de la costa así resultan más económicas, pero a la vez más incómodas. Pese a que son los responsables de controlar que se cumplan los protocolos, en una casa para 6 pueden llegar a haber 10 policías, que comparten habitaciones y aprovechan los turnos rotativos para descansar.
En septiembre pasado, un cese masivo de actividades más una protesta general de los agentes mantuvo en vilo a la provincia durante varios días, hasta que culminó con el anuncio de un aumento salarial al nivel de la Policía Federal, con el apadrinamiento de Nación que anunció la transferencia de $ 35.000 millones anuales en concepto de fondos para la seguridad de la Provincia, y otros $10.000 millones para combatir la inseguridad en el conurbano. Pese a la transferencia de fondos, no hubo aumentos para los viáticos de los efectivos en el verano.
Además, los policías se sienten otra vez defraudados por sus salarios, atrasados con respecto al último aumento que recibió la Federal y la falta de elementos de bioseguridad para protegerse de la pandemia, tales como guantes, barbijos y alcohol en gel. “Tampoco cuentan con chalecos antibalas en condiciones y, la gran mayoría, está trabajando con chalecos vencidos”, afirmó Tonil.