A pesar de que, tal como parece que va a suceder, las PASO se aplazarán durante al menos un mes para las estructuras políticas los tiempos electorales son cortos. En medio de las negociaciones, los dos espacios principales que se debaten por el poder están sometidos a discusiones internas en las que, cuanto más se acercan los comicios, más elevadas se tornan.
En el caso del Frente de Todos (el peronismo y todas sus vertientes), es sabido que la división por los espacios a ocupar está centrada en lo que suceda con el Partido Justicia bonaerense, donde el diputado nacional Máximo Kirchner aspira a asumir su conducción. De esta forma, abarcaría mucho más de lo que ya abarca, por eso esa intención genera algunas resistencias puertas para adentro.
La voz que más se oyó a esa negativa de cederle el instrumento electoral al kirchnerismo duro fue la del intendente de Esteban Echeverría y actual vicepresidente del PJ, Fernando Gray. Con su lema “Yo me planto”, es uno de los pocos que fijó una postura fuerte al desembarco de Máximo y todavía continúa aguantando en la trinchera.
Durante el primer trimestre del año se esperaba que el hijo de Cristina Fernández de Kirchner tomara el control del Partido Justicialista de la provincia, pero su asunción se fue dilatando a pesar de los presuntos consensos que existían por parte de la dirigencia peronista bonaerense. Finalmente, parece que se estiró unos meses más y recién podrá arrogarse el título de presidente en diciembre cuando finalicen los mandatos vigentes.
Tanto Gray como algunos otros referentes de peso no están tan de acuerdo con la idea de cederle la lapicera a Kirchner, y mucho menos en un año electoral como el corriente. Que Máximo tome el control del PJ antes de las PASO podría significar que las listas del Frente de Todos estén pobladas de militantes de La Cámpora, dejando los lugares menos deseados para el resto de las fuerzas que componen la coalición.
Pero, la curiosa interna en la que solamente había una lista, se iba a celebrar el 2 mayo para luego dar paso al traspaso de mando. Los rumores indican que el diputado nacional decidió posponer su asunción oficial para fines de este año (entre el 17 y el 12 de diciembre), con la intención de aliviar las tensiones dentro de un momento tormentoso en el oficialismo.
De esta forma, Máximo tomará las riendas en la conducción del PJ bonaerense después de las elecciones generales que, según el nuevo cronograma que está a punto de aprobarse en el Congreso, se celebrarán en noviembre. De esta manera, se prevé que la rosca política por los nombres dentro de las nóminas del Frente de Todos serán menos tirantes que lo que se preveía.
Dialoguistas Vs Ala dura
Del otro lado del mostrador, la negociación interna tampoco asoma amigable. Es más, teniendo en cuenta que la oposición pasó de conducir la Nación, la Provincia y la Ciudad a solo tener su nicho en CABA, las ambiciones de poder dentro de Juntos por el Cambio producen fuertes cortocircuitos puertas hacia adentro, sobre todo a la hora de encarar acciones para debilitar al oficialismo.
En este sentido, hay dos sectores bien marcados en el macrismo: por un lado, están los “dialoguistas”, encarnados en la figura del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la ex gobernadora, María Eugenia Vidal, mientras que por el otro está el ala más dura, encabezada por la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
En este sentido, la disputa pasa principalmente por ver quién ocupa el rol de líder en la oposición. Los dos nombres en pugna son el del propio Larreta y el de Mauricio Macri. El ex presidente y creador del PRO no está dispuesto a ser la cabeza, sino que más bien pretende conducir desde las sombras, con algún dirigente de su confianza en su representación.
Para ello, ya habría elegido a Bullrich que, al no tener la responsabilidad de gestión, se siente más cómoda atacando al gobierno desde todos los costados porque sabe que sus acciones no tendrá demasiadas consecuencias para ella. Caso contrario a lo que sucede con el jefe de gobierno porteño que todavía pone algunas resistencias a la hora de mostrar firmeza ante el oficialismo.
Con la Ciudad de Buenos Aires, el bastión macrista por excelencia, prácticamente asegurado, la discusión pasa por saber quién encabezará la lista en la provincia. Macri le pidió a Vidal que sea ella quien juegue en territorio bonaerense, no solamente para tener una figura fuerte allí, sino sobre todo para no perder la conducción de CABA, teniendo en cuenta que ya eligió a Bullrich como la próxima heredera del trono en la Capital.
Pero Vidal no está de acuerdo con esa jugada, principalmente porque viene de una durísima derrota, pero también porque Larreta pretende hacer un enroque de piezas y dar la batalla interna: para eso, su idea sería trocar los nombres y que la ex gobernadora pase a competir en la Ciudad y tener a su alfil Diego Santilli luchando en territorio provincial.
(*) Resumen semanal de DixitP.