El infectólogo Tomás Orduna expresó que la recomendación al Gobierno nacional fue “hacer restricciones fuertes entre dos o tres semanas para que tengan efecto”.
“Ayer (miércoles) tuvimos 40 mil casos. Son números a los que no queríamos llegar” y “si esto sigue así la semana que viene tenemos 60 mil casos”, alertó el asesor de Presidencia y de la Gobernación bonaerense.
En este sentido, consignó que “lamentablemente la gastronomía abierta es una convocatoria a la actividad social y encuentros entre contagiados y no contagiados”.
“Se han roto todos los protocolos en la gastronomía. Es mucha gente de grupos distintos con distancias de fácil contagio”, graficó, para luego dar cuenta que en lo que hace a la actividad comercial se recomendó que “en algunos sea sólo de la puerta para afuera y otros cerrar todo lo no esencial”, mientras que “la presencialidad de las clases a esta altura ya es claro que no”.
En declaraciones a El Destape Radio, enfatizó: “Para algunos parece exagerado lo que dijo (el intensivista) Arnaldo Dubin, de que vamos a ver cosas como las que vimos en otros lugares. Pero nos va a pasar”.
“En algún momento vamos a ver fallecer un paciente en una sala de espera porque no hay donde ubicarlo. Lo que hay que hacer es quedarse en casa”, reiteró Orduna.
Tras indicar que “esto se puede desmadrar”, expuso que “pasó lo mismo que el año pasado, que los casos se volvieron a correr hacia el interior de la provincia de Buenos Aires”.
“Un paciente tiene dos o tres semanas mínimo de terapia intensiva. Algunos quedan seis semanas. Y el promedio de mortalidad es del 60 %”, puntualizó el médico.
Por último, reflexionó: “Un país con más de 50 mil casos es parecido a una situación de guerra, eso sí tiene impacto económico. Va a haber muchos huérfanos, muchos que se les mueran los hijos. Hay que cerrar. No es momento de comprar nada que no sea esencial. Paremos la circulación”.