El primer portazo fuerte dentro del Frente de Todos llegó desde Mar del Plata, luego de que la diputada de Mar del Plata que obtuvo su banca para representar a la Quinta sección, Débora Indarte, decidió formar un monobloque en la Cámara Baja debido a algunas diferencias con la conducción del Partido Justicialista local.
La legisladora, que además es la esposa del dirigente peronista y que supo tener su paso como diputado Rodolfo Iriart, resolvió alejarse del bloque oficialista tras una larga historia de discrepancias, pero hubo un detonante: la derrota en la conducción del PJ a manos de Roberto Coppola, quien contaba con el apoyo de la titular del ANSES, Fernanda Raverta.
El conflicto entre la camporista que supo ser candidata a intendenta en 2019 pero perdió contra Guillermo Montenegro y la propia Indarte era público; solamente faltaba encender la mecha para que se fracturara el espacio. Tras algunos encuentros con el titular de la Cámara, Federico Otermín, que no prosperaron, finalmente la marplatense resolvió separarse.
Insólitamente, el unibloque fue denominado como “Unidad para la Victoria” y esta decisión le trajo aparejada una complicación al gobernador Axel Kicillof, quien deberá negociar a parte la aprobación de los proyectos presentados por el Ejecutivo y, de esta forma, se complica el tratamiento de algunas iniciativas.
Ahora el escenario en la Cámara Baja se rearmó y el Frente de Todos se quedó con 42 bancas frente a las 41 de Juntos. Por otro lado, Avanza Libertad continúa con tres escaños, dos quedaron para “Espacio Abierto”, que forma parte de Juntos y se referencia en el intendente de San Isidro Gustavo Posse, dos bancas son para el Frente de Izquierda y las restantes se las dividen Fabio Britos y ahora Indarte.
Por otro lado, Kicillof sigue moviendo sus fichas y encabezó un masivo acto en el Estadio Ciudad de La Plata del que participaron funcionarios de varios espacios, intendentes, legisladores provinciales, concejales y dirigentes en general. Allí presentó junto a la ministra Daniela Vilar el programa anual de Ambiente de la cartera creada recientemente.
El mensaje estuvo en la disposición del escenario, donde además de Kicillof y Vilar, también estuvo Juan Cabandie, el jefe de Gabinete Martín Insaurralde, la vicegobernadora Verónica Magario y Máximo Kirchner. Si bien solamente hablaron el gobernador y la ministra, la foto mostró nuevamente el poderío de La Cámpora en las decisiones de gobierno y la estrecha relación con la Provincia.
Anteriormente, Máximo participó del acto de asunción de la conducción de la regional oeste de la CGT, junto al gobernador bonaerense y volvió a intensificar la interna dentro del Frente de Todos. “Es verdad que la pandemia nos trajo muchas dificultades, pero no nos puede ganar la autocompasión. Hay que construir fuerzas para recuperar el poder adquisitivo del salario”, fue uno de los tantos dardos que arrojó.
Aun así, intentó elevar unas palabras para apaciguar las marcadas diferencias con el presidente Alberto Fernández y expresó: “Nadie más que nosotros y nosotras queremos la unidad. Cristina nos dijo que confiemos en la gente y supimos construir la unidad. La unidad es para mejorar la calidad de vida del pueblo”.
Lo cierto es que Máximo tiene en tablero del 2023 en la cabeza y junto a los dirigentes más cercanos a su riñón piensa cada movimiento, más para ganar terreno dentro del Frente de Todos que pensando en lo que respecta a conseguir el voto de los indecisos.
(*) Informe semanal de DixitP.