Así lo afirmó la diputada provincial Susana González, quien el fin de semana estuvo frente a la casa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La legisladora denunció que tras ser agredida “con gas pimienta, quedé ciega, y empezaron a pegarme. Dos efectivas mujeres me insultaron y me arrastraron hasta la vereda”.
“Ellos escogieron a quién golpear. Nos dicen que somos violentos, pero los que estamos golpeados somos nosotros”, relató en declaraciones radiales. Seguido, reveló que “nunca vi un funcionario policial que dijera tantos insultos. Más que funcionarios policiales parecían barras bravas” y consideró que “no es casual que todos los golpeados sean dirigentes políticos de nuestro espacio”.
Además, González acusó a la policía de ciudad de Buenos Aires de intervenir para “generar provocación y disturbios cuando los dos grupos que allí se encontraban no se estaban enfrentando. Se meten para poder reprimir”.

Por otra parte, advirtió que “la Justicia no se va a autodepurar. Es corporativa y está a favor del poder real”, y aseguró que “vienen por ella para que nunca más haya un dirigente que defienda los derechos del pueblo. Y vienen por todos nosotros también porque si se le vulneran los derechos a una dirigente con tanto apoyo popular, imaginate lo que queda para los ciudadanos de a pie”.
Por último, manifestó que “queremos que sea candidata en el 2023 pero no es una decisión que esté en nuestras manos. Hay que ver si está en condiciones físicas y psicológicas de enfrentar el desafío de una Argentina calamitosa. Hay una deuda cuantiosa, contraída por Mauricio Macri”, concluyó.