Moscato, pizza y … ¿empanadas?

Ya es tradición celebrar el Día de, o la Semana de… o, en este caso “la Noche de… No, no es la noche del domingo, sino La Noche de la Pizza y la Empanada.

Se trata de una iniciativa  gastronómica que lleva adelante la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas de la Argentina (APPYCE) y se extiende en todo el país con el propósito de promover el consumo en este rubro.

Si bien el día está fijado para el 6 de septiembre, algunos comercios arrancan con las promos el lunes previo y lo continúan durante toda la semana. Para buscar los locales adheridos ingresá al siguiente link https://www.lanochedelapizzaylaempanada.com.ar/mapa/

Ahora bien, la cuestión que nos planteamos en este día es cuál es el origen de este menú exquisito por casi encima de todos los otros, a excepción de las milanesas con puré o papas fritas (y esa es otra discusión). Y por otro lado, cuál es la opción preferida, ya que hay tantas variantes como cocineros en esta tierra de América del sur.

Vamos primero por el origen.

Es vox populi que la pizza -tal como la conocemos en la actualidad- se originó en Italia (aunque los yanquis quieran adueñarsela y la coman hasta con sopa). Dicen que un panadero napolitano la inventó a fines del Siglo XIX, se trataba de Raffaele Esposito, quien la creó para “honrar a la reina de Italia, Margarita de Saboya”.

Ahora sí, a lo nuestro. ¿Cuál es el “sabor” de la pizza tradicional? Se supone que la de “muzza”, con salsa de tomate, queso mozzarella y albahaca (según ordena la “verdadera pizza napolitana”). 

Sin embargo, hay quienes prefieren que se le incorpore jamón cocido y morrón, y la llaman “especial”. Otros, en cambio, a la preparación básica (salsa y mozzarella) le incorporan “crudo” (por el jamón crudo) y rúcula. También está la “calabresa” o “pepperoni” (una variedad de salame), la napolitana que se caracteriza por su abundante sabor a ajo (que parece jamás irse de la boca), o la de panceta y ciruela, entre tantas otras.

Además hay algunas variantes polémicas como la “tropical” o “hawaiana” (con jamón cocido y ananá). Las hay de vegetales salteados (zucchini, berenjena, cebolla, morrón, etc., sin derivados animales). Una versión bastante alejada de la original, es la de espinaca (o acelga) con salsa blanca (casi la receta de una tarta ¿no?).

Para los fanáticos del queso hay diferentes opciones: la de cuatro quesos (que pueden variar siempre que tengas 4 versiones diferentes de este lácteo), la de provolone,  la de roquefort (es llamativo este sabor porque conserva el nombre de la variedad aunque la denominación del tipo de queso fue modificado por ley).

No podemos obviar las más extrañas como la de carne picada, huevo frito, o papas fritas, que parece más bien un menú de comida rápida antes que una pizza.

Finalmente, y acá está sin lugar a dudas el sello argento: la fugazzeta o fugazza, preparada con mucha cebolla, queso mozzarella y aceitunas negras. Sin lugar a dudas, un verdadero clásico. 

Y podemos seguir un rato largo enumerando opciones. Incluso discutir sobre la forma de la pizza, el tipo de masa y cocción, o si va con aceitunas o no. Incluso si la fainá es una “especie de pizza” (ojo, que existe la “fainazzeta”, una versión adaptada de la fugazetta).

Lo cierto es que hay cientos de opciones. Hoy la pizza es un plato tan tradicional en la mesa de los argentinos que se prepara con lo que “tenemos a mano”. Un poco de economía doméstica, otro poco de desafío culinario, una pizca de creatividad… y mucho amor para agasajar a los comensales.

¿Y vos, ya estás listo para hacer tu pedido?

NOTA: No, no me olvidé que también es la noche de las empanadas, pero si bien hay decenas de recetas, según el meridiano del que se trate, la variedad está más bien focalizada en la preparación y condimentos que en los ingredientes en sí. 

Ahora sí, ¡buon appetito!

F.M.

Compartir
Back To Top