Vaticano: Francisco instó a “amar a Jesús en cada persona abandonada”

Frente a más de 60 mil fieles y peregrinos congregados en la Plaza San Pedro, Francisco encabezó este domingo la ceremonia del Domingo de Ramos y expresó que las palabras de Jesús nos llevan “al corazón de la pasión de Cristo, al punto culminante de los sufrimientos que padeció para salvarnos”.

El líder de la Iglesia Católica mundial sostuvo que en la hora más trágica, Jesús experimenta el abandono de Dios. Un acontecimiento real, un abajamiento extremo.

“El Señor llega a sufrir por amor a nosotros, lo que nos es difícil incluso de comprender. Ve el cielo cerrado, experimenta la amarga frontera del vivir, el naufragio de la existencia, el derrumbamiento de toda certeza. Grita el ‘por qué’ de los ‘por qué’”, reflexionó.

El Papa subrayó que el verbo “abandonar” en la Biblia es fuerte; aparece en momentos de extremo dolor: en amores fracasados, negados y traicionados; en hijos rechazados y abortados; en situaciones de repudio, viudez y orfandad; en matrimonios agotados, en exclusiones que privan de vínculos sociales, en la opresión de la injusticia y la soledad de la enfermedad.

“En fin, en las más dramáticas heridas de las relaciones. Cristo llevó todo ello a la cruz, tomando sobre sí el pecado del mundo. Y en el momento culminante, el Hijo unigénito y amado experimentó la situación que le era más ajena: la lejanía de Dios”, acotó, según reseñó Vatican News.

Acto seguido, el Santo Padre invitó a preguntarnos: “¿Por qué llegó a este punto? Por nosotros. No hay otra respuesta. Por nosotros”.

Francisco remarcó que “hoy esto no es un espectáculo” y dijo que cada uno, escuchando el abandono de Jesús, cada uno de nosotros nos decimos: “por mí. Este abandono, es el precio que él pagó por mí”. Es decir, Jesucristo se hizo solidario con nosotros hasta el extremo, para no dejarnos rehenes de la desolación y estar a nuestro lado para siempre.

“Él ha sido abandonado, traicionado, descartado. Y ahí lo encontramos a Él. Cuando me siento mal y perdido, cuando ya no puedo más, Él está conmigo, Él está ahí, en los mil y tantos caprichos de los porqués, y con tantos porqués sin respuesta, Él está ahí”, reiteró Jorge Bergoglio.

También habló del “estilo de Dios”, el cual es “cercanía, compasión y ternura”. “Dios es así. Cristo abandonado nos mueve a buscarlo y amarlo en los abandonados. Porque en ellos no sólo están los necesitados, sino que está Él, está con ellos, Jesús abandonado, Aquel que nos salvó bajando hasta lo más profundo de nuestra condición humana”, recalcó.

“Cristo abandonado nos mueve a buscarlo y amarlo en los abandonados. Porque en ellos no sólo están los necesitados, sino que está Él, está con ellos, Jesús abandonado, Aquel que nos salvó descendiendo hasta lo más profundo de nuestra condición humana. Él está con cada uno de ellos, abandonado hasta la muerte”, anexó el obispo de Roma.

“También hay tantos cristianos invisibles, escondidos, abandonados, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos abandonados, ancianos que pueden ser tu padre, tu madre quizás, abuelo, abuela; abandonados en geriátricos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor. Los abandonados de hoy. Los Cristos de hoy”, aseveró.

El Santo Padre nos invitó a pedir la gracia de saber amar a Jesús abandonado y “saber amarlo en cada persona abandonada, de saber ver y reconocer al Señor que todavía grita en ellos”.
Finalmente, exhortó a “no dejar que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Puesto que Dios no nos ha dejado solos”

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