En las últimas horas, el Gobierno nacional anunció la implementación del protocolo antipiquete, elaborado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para la marcha universitaria programada para este martes 23 de abril a las 15.30 horas, con un acto central a las 18.00 horas en las cercanías de la Casa Rosada.
Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se destacó que hasta ahora se ha seguido un procedimiento estándar: se solicita el permiso y luego la Ciudad decide si autoriza o no y bajo qué condiciones, siempre bajo el principio de que el Estado garantiza el orden y hasta ahora ha sido exitoso. Se reconoce el derecho a manifestarse, pero también se subraya la importancia de no obstruir la circulación del ciudadano común.
Es importante señalar que el Gobierno nacional tiene la intención de aplicar el protocolo antipiquetes independientemente de que la marcha tenga como objetivo reclamar un mayor presupuesto para las universidades. Sin embargo, aún está pendiente la decisión de la Ciudad al respecto.
En esta línea, la ministra de Seguridad Nacional y su homólogo de la Ciudad, Waldo Wolff, mantienen una comunicación constante para determinar cómo actuará la policía durante la marcha universitaria. Aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva, se espera que haya más conversaciones y reuniones entre los funcionarios de ambas jurisdicciones en las próximas horas.
Los organizadores de la marcha ratifican que se espera una gran cantidad de manifestantes, por lo que consideran “imposible” caminar por la vereda. Esto plantea un desafío para las fuerzas de seguridad, ya que el Gobierno ha adelantado que no hará distinciones con respecto a otras marchas y mantendrá su protocolo antipiquetes.
La manifestación universitaria está diseñada para ser heterogénea, con la participación de estudiantes, docentes, autoridades educativas y representantes de diversos ámbitos como el cultural, artístico, periodístico, sindical, político y de organizaciones sociales. Se espera que la marcha avance desde la zona del Congreso hasta la Plaza de Mayo, con un grupo vinculado a la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) partiendo desde la plaza Houssay hacia el Congreso, lo cual supone un desafío logístico para las fuerzas de seguridad.